Se me va de los ojos
tu imagen adorada
poco a poco sin pausa se me va, se me va
y a pesar de que quiero apresarla
es en vano, tu imagen adorada se me va, se me va.
Recuerdo si, tus brazos fuertes y viriles
que me alzaban del suelo
con ternura y bondad
cuando ya muy cansada de muñecas y juegos me ponía a llorar.
Y recuerdo tus lágrimas cuando un día gravemente enferma te
sentí sollozar
esas lágrimas padre, han sido tu recuerdo, tu esencia, tu altar.
Y ante ellas me inclino reverente y callada
en un silencio pleno de cosas sin hablar.
Han pasado los años
muchos ya, demasiados,
pero tu sigues siendo para mi inmortal,
más cuando cierro los ojos
muy fuerte para recordarte...
tu imagen adorada se me va... se me va...
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