
Mas de una vez, he escuchado el dicho, ahora se va el otro, cuando una parejita de ancianos que ha compartido una vida, es separado por la trágica muerte.
A su alrededor, solo soledad. Que esperar allí?
Que sueño te puede mantener, cuando lo que mas amas se va para siempre.
Siempre, que palabra hermosa cuando la unimos a amor.
Palabra triste cuando, siempre es el tiempo que nos nos dejara juntar.
Conocí una parejita así, ella lo sostenía a el, que caminaba lento con su bastón.
Que amor ejemplar demostraban sin proponerselo, a los que los miraban transitar por la vida, en ese apoyo sincrónico, cinco piernas un solo corazón..
El que se va primero ya no siente, mas triste debe ser quedar y entrar a la casa como un solo ser.
Cada rinconcito, cada detalle, cada adorno, foto o mobiliario, una prenda tantas veces usada, lavada o planchada, nos recordara su ausencia que duele tanto; una película vista juntos, una canción que escuchamos o bailamos, la flor ocasional en el desayuno, el abrazo procurando dar calor en la fría madrugada de tantos inviernos. Horas de desvelo cuidándose por algún que otro quebranto de salud, las carcajadas por algo que nos alegro o el llanto cómplice por lo que nos entristeció.
Ahora que amo, este miedo atroz me sobreviene.
No soportaría vivir sin el amor que me das. ¿Es que no podemos elegir el final?
Egoistamente quisiera morir en tus brazos, y posar mis ojos en tu dulce mirada, y sean los míos los que primero se cerraran.
Mas tu lo mismo deseas; por eso ¿Como programar el final?
Fernando Silva y Estela Albini
existoporti.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu colaboración.