
El mar picado estaba
como mi corazón palpitante.
Nadie en las arenas casi cruce
solo el viento y el rugir de las olas me acompañaban.
El fresco me enrojecía las mejillas
mas mi paso mas se afanaba y me alejaba de mi punto de partida.
Al llegar a las rocas me volví
parecía tan larga mi vuelta
El sol asomo y mis músculos en movimiento ayudaron a hacerme entrar en calor.
Cuanto mas me acercaba mas me afanaba en llegar
Caminatas que me liberan me fortalecen,me devuelven la calma
de mis nervios siempre en flor.
Estela Albini
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