El ejercicio y yo un largo romance

De chica me decían la flaca, por lo que no demore en entrar
e

n las actividades deportistas de la escuela, de allí al día de hoy
A sido una constante que ha tenido algún que otro impase, pero
Decididamente importante y continuo en mí andar.
Estos dos últimos inviernos un poco acobardada por los fríos, y las lluvias extensas que me impedían salir a correr, después de mirar varios aparatos, buscar información en Internet me decidí por comprarme una elíptica, fue como un flechazo.
Es como un psicólogo y una maquina de ejercicio al mismo tiempo.
Cuando me subo allí, y comienzo a transpirar la mente se me aclara
Con los auriculares y cantando, me siento bien.
Si subí con una duda, la aclare
Si subí con bronca me la saque
SI subo triste, entre el sudor caen algunas lágrimas en forma de catarsis
Si subí contenta, bajo radiante.
En esta relación la beneficiada soy yo, y los que me rodean
A ella ya le falta un poco de aceite.
El ejercicio es uno de los tantos amores de mi vida, así como la música
Y los conjugo en una hora que en lugar de quitarme energía me las da.
Es tan bueno poder dedicar un tiempito a lo que nos gusta, se lo aconsejo
A todas, no a todos nos gusta lo mismo, pero con tan poco se puede uno sentir tan bien.
A pedalear.


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