
Es muy difícil pensar bien con el corazón roto. Las personas enfrentadas al divorcio o la viudez muchas veces hacen o piensan cosas sin sentido. El dolor por el amor perdido, más la certeza de que ese dolor nunca va a pasar es un sentimiento muy duro de soportar. A veces es un dolor tan intenso que deseamos la muerte.
Según Friedman, "las emociones del duelo no son más lógicas que las del amor. El duelo también es ciego y nos golpea de muchas maneras. La pregunta es ¿por qué les permitimos a las personas ser emocionales en el amor y no en el duelo?".
La pérdida de un ser amado es una de las experiencias más estresantes de la vida, y también una de las que causa la mayor crisis emocional. En líneas generales, una persona en duelo puede sufrir los siguientes síntomas:
* Emocionales: tristeza, confusión, añoranza, negatividad, shock, enojo, humillación, desesperación, culpa.
* Físicos: trastornos intestinales, pérdida del apetito y el sueño, falta de energía. Se pueden poner a prueba seriamente las defensas naturales del organismo y las enfermedades preexistentes pueden encontrar mejores condiciones para desarrollarse.
* En algunos casos, pueden ocurrir reacciones extremas como ataques de ansiedad, fatiga crónica, depresión y pensamientos suicidas.
El Instituto Nacional de Cáncer llama "complicaciones del penar" a aquellas reacciones que requieren de terapias complejas, como los trastornos de adaptación (depresión, ansiedad, comportamientos perturbados), la toxicomanía y los trastornos del estrés postraumático. Este tipo de reacción debe ser tratada con medicación y psicoterapia, antes de que las consecuencias sean graves.
Tenemos que hacerle saber ‘estoy para ti para lo que necesites’, en lugar de esas frases falaces y faltas de compasión como 'el tiempo cicatrizará el dolor’ o ‘ya te sobrepondrás y saldrás adelante'...".
Algunas recomendaciones para atravesar el duelo y no pagar un precio alto con el cuerpo:
* Aceptar que el dolor no tiene un tiempo definido. Cada persona tiene una manera distinta de enfrentarse al dolor, y éste también dependerá de cómo era esa relación de pareja, cuánto apego se tenían y las circunstancias en que sucedió la muerte o el divorcio. Hay que darse el tiempo necesario.
* Retomar los conceptos básicos: comer bien, dormir bien, hidratarse y hacer ejercicio. Ningún estudio indica que esto va a prevenir la muerte, pero seguramente va a ayudar a la salud.
* Tratar de encontrar una manera de expresar el dolor. Las mujeres en general necesitan hablar o ser abrazadas. Los hombres, hacer alguna actividad física o mental.
* Para la familia y los amigos: callarse y escuchar. En los duelos, en general las palabras de los otros sobran. Lo mejor que podemos hacer por alguien que sufre es permitirle hablar durante el tiempo que necesite y con total libertad.
* Por último, estar alerta a los síntomas y recurrir al médico si es necesario. Porque en pleno siglo XXI, todavía se puede morir de amor.
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