Porque queremos trascender

Siempre uno escucha que tenemos que tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. ¿Por qué? Es para que quede un indicio, un rastro perpetuo a través del tiempo, en las cosas que tocamos, creamos, escribimos, modificamos o que descubrimos y sepan que estuvimos aquí, indicio que ira muriendo poco a poco indefectiblemente con el paso del tiempo.

A veces siento que yo no tengo esa necesidad, siento que debo vivir esta vida ser lo más feliz que pueda, dar todo el amor que tenga en vida y luego cuando llegue el momento solo despedirme, y que mis enseñanzas y sentimientos volcados en los que quedan perduren lo más posible y hasta allí llegar con mi paso por esta vida terrenal. Que por cierto, no creo que exista otra.

Muchas veces he escuchado a familiares hablar de mis antecesores, que eran de gran “abolengo” y que hasta un escudo familiar existe. Los escucho pero no los entiendo (y es posible que la equivocada sea yo) , pero todo eso a mi hoy en mi vida cotidiana ¿en qué me afecta? Seguramente las enseñanzas y costumbres que fueron pasando de generación en generación y también y cambiando con los nuevos modos y modas de vivir me llego, no con la fuerza que a otros y que esa misma fuerza los impulsa seguir con las tradiciones pasadas. Pero la verdad por demás ¿en que me afecta?, si yo hoy descubriera que mis raíces pertenecieron a una familia destacadísima, ¿en qué me haría mejor o peor de lo que soy? yo soy lo que quiero ser y no lo que las tradiciones quieren llevarme a ser y sé, que muchas veces las buenas tradiciones ya sean escritas o orales, contribuyen al enriquecimiento de las almas, tal vez allá algo escondidito de ellos en mí, quizás eso es lo que aporto yo a mi generación y a la de mis descendientes, pero se esfuma cada vez mas.

No reniego de las grandes mentes que aportaron cambios de 360 grados a creencias y avances, ellos si cambiaron el mundo, pero al igual que nosotros nos iremos ellos no recibieron, en vida la mayoría el agradecimiento, ahora solo son un incentivo para seguir.

A este punto de mi relato asumo que tengo una personalidad bastante ambivalente, pero no reniego de ella, tal vez sea por mis antepasados.¿?U Uno se siente agradecido y muy orgullosos, pero no conozco los medios como lograron esos destaques. Porque la mayoría de las grandes almas pasan por el anonimato, y son las que valen, las que no andan gritando a viva voz que tienen un gran corazón y lo comparten sin que nadie se entere. Por aquello que un gran hombre una vez enseño “Que tu mano derecha, no sepa lo que hace la izquierda”

Muchos, no casi todos de los que se jactan de gran abolengo, han obtenido sus títulos de maneras dudosas, acaso si de verdad cortas a un Rey o un príncipe ¿tiene n sangre azul? de algo me perdí, todos somos iguales, la mayoría de los seres va aportando lo mejor de sí para hacer de este un mundo mejor, los grandes se aprovechan muchas veces de estos y lo estropean por bajos intereses.¿ Quienes trascienden? los que pudieron aprovecharse, pero todos nosotros que día a día intentamos hacer de este un mundo mejor esparciendo un poco de amor, muchas sonrisas, pasaremos desapercibidos en este mundo del que si no tiene no vales. Prefiero no tener escudos, definitivamente no tendré un mausoleo, me iré como vine sin nada, polvo eres y en polvo te convertirás.

¿Me siento mal por esto? definitivamente no. Vivo, viviré lo más feliz que pueda y marchare libre, mis hijos continuaran mi obra o no, abran tomado algo de mí o no pero esa es su historia, les daré lo mejor de mí, ellos tomaran algo y seguirán.

Inclino mi mente respetuosa solo a las grandes mentes que trajeron libertad, salud y felicidad a la humanidad. Ellos tendrán un tiempo de trascender luego Irán dejando lugares a otros que con más tecnologías les será más fácil superar las creencias de hoy.

Escudos, apellidos con historia, abolengos, clase alta.

No son para mí. Mis padres me pusieron Estela, y soy un ser identificado con ese nombre, cruzare los umbrales del mundo terrenal y tal vez el alma del mundo me atrape y allí vagare eternamente, en cuanto a trascender no lo lograre, siempre me faltara el libro.

Divagues de pensamientos de esos días que la cabeza te gira y te pone todo patitas al revés

Estela Albini

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