En estos días la empresa en que trabajo esta en proceso de cambios, los cambios son buenos, pero como todo al principio parece que gana en algunas personas las viejas costumbres que no quieren dejarse atrás y en ese maremoto he estado estos días, generalmente mi buen humor hace que las idas y venidas no me estresen, pero a veces, llega un momento en que uno se siente un poco cansado, pero fue alli que recibí esto de una compañera, que me renovó el espíritu.
Con cariño para Estela de Elizabeth.
El Mundo.
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
Eduardo Galeano.
Gracias por el gesto Eli, esta en la cartelera y en mis recuerdos para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu colaboración.