Sé que en algún lugar del mundo, existe una rosa única, distinta de todas las demás rosas, una cuya delicadeza, candor e inocencia, harán despertar de su letargo a mi alma, mi corazón y mis riñones.
A esa rosa, donde quiera que esté, dedico este trabajo, con la esperanza de hallarla algún día, o de dejarme hallar por ella.
Existe... rodeada de amapolas multicolores, filtrando todo lo bello a través de sus ojos aperlados, cristalinos y absolutamente hermosos...
Aprendí bien pronto a conocer mejor a esa flor. Siempre había habido en el planeta del principito flores muy simples, adornadas con una sola fila de pétalos, que ocupaban poco lugar y que no molestaban a nadie.
Y sí !. Era muy coqueta ! Su aseo misterioso había entonces durado días y días. Y he aquí que una mañana, justo a la hora de la salida del sol, se había mostrado.
Y ella, que había trabajado con tanta precisión, dijo bostezando:
- Ah! acabo de despertarme... Le pido perdón... Estoy todavía toda despeinada...
El principito, entonces, no pudo contener su admiración:
- Qué bella es usted !
- Verdad que sí -respondió dulcemente la flor-. Y nací al mismo tiempo que el sol...
El principito comprendió que no era muy modesta, pero era tan conmovedora !
- Es la hora, creo, del desayuno -había agregado poco después-, tendría la bondad de pensar en mí...
Y el principito, todo turbado, buscando una regadera con agua fresca había atendido a la flor.
Así, ella lo había atormentado en seguida con su vanidad un poco tempestuosa. Un día, por ejemplo, hablando de sus cuatro espinas, le dijo al principito:
- Ya pueden venir, los tigres, con sus garras !
- No hay tigres en mi planeta -había objetado el principito-, y además los tigres no comen hierba.
- Yo no soy una hierba-, había respondido suavemente la flor.
- Discúlpeme...
- No temo en absoluto a los tigres, pero tengo horror a las corrientes de aire. No tendría usted una pantalla ?
"Horror a las corrientes de aire... no es muy afortunado, para una planta, había observado el principito. Esta flor es bien complicada..."
Pero se interrumpió. Ella había venido en forma de semilla. No había podido conocer nada de otros mundos. Humillada por haberse dejado sorprender preparando una mentira tan ingenua, había tosido dos o tres veces para hacer sentir en falta al principito:
- Y esa pantalla ?...
- Iba a buscarla pero usted me hablaba !
Entonces ella había forzado su tos para infligirle de todos modos remordimientos.
Así el principito, a pesar de la buena voluntad de su amor, pronto dudó de ella. Había tomado en serio palabras sin importancia, y se volvió muy desdichado.
Me confió todavía: "No supe entonces entender nada ! Debería haberla juzgado por los actos y no por las palabras. Me perfumaba y me iluminaba. Nunca debería haberme escapado ! Debería haber adivinado su ternura detrás de sus pobres artimañas. Las flores son tan contradictorias !
-Si alguien ama a una flor de la que sólo existe un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas.
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